lunes, marzo 12, 2007

No todos los cambios son buenos... o si?

Hacía tiempo que quería hacer un update del template de mi blog. La verdad no me convence mucho este, pero bueno, es lo que hay. Comienza a reflejar el cambio de estado de ánimo que trae el invierno, los días más grises y azulados, las hojas secas de los árboles, y sobre todo, el fastidioso cambio de hora.

A mis 25 años, aún no logro entender este hecho. Para mi (y se que para muchos también), es un desagrado total. Que dormiremos 1 hora más, que el ahorro de energía, que ahora te levantas con luz y de día!!! Tonteras. Igual en 1 mes más te terminas levantando de noche, y llegando de noche a la casa, el frío por una hora más o menos, no va a hacer que dejes de prender la estufa apenas te levantas, o cuando llegas a tu casa. Osea para muchos, un verdadero estorbo, y una pérdida de algo así como un mes de luz por las tardes.

Una lata po'. Si uno igual casi que llega de noche en invierno a la pega y luego llega de noche a la casa. Osea... noche all day, or almost all day.


Este cambio apesta, casi como tener que cambiarse sucesivamente de casa en un año. Tres viviendas en menos de 12 meses, pueden descolocar a cualquiera. Te acostumbras a ser medio gitano, a vivir con cosas en cajas, y a tener espacios no personalizados. Como vivir en un hotel, porque sabes que se viene otro cambio.


Lo que si me gusta es cambiar el look de las cosas. Así como este cambio de template, hoy amanecí aburrida de los magentas, amarillos, y naranjos que habitaban en mi pieza. Tampoco quería los blancos y celestes de vuelta. So... cambio de look. Ahora luce en azules y verdes. Se ve bonita.

Cambios, cambios y más cambios. Me asustan y me gustan. Me mantienen alerta, y creo que a muchos les pasa lo mismo. Si no la monotonía y la inercia nos podría volver locos a algunos.


Hace 1 año, hubo otro gran cambio. Un cambio de mando importante. Una mujer asumía como presidenta de Chile. Yo personalmente, celebré. Y con bombos y platillos. Hace un año, ahí estabamos, en la plaza de la ciudadanía, cantando y celebrando, junto a otros miles de chilenos en esa bella fiesta democrática. Tan democrática como la visita de la pequeña gigante, donde para entar y estar no puedes adquirir ninguna entrada, si no que sólo debes estar con la gente, con esas personas tan iguales o distintas a ti.

A Michelle no le ha sido fácil este año. Han habido altos y bajos, grandes críticas, serios problemas, y algunos avances. Pero así y todo, la sigo apoyando como siempre. Firme al pie del cañón. Tengo confianza en ella, la veo sincera, honesta y muy trabajadora.

Transantiago, mi trabajo (sigo en el mismo, pero con nuevas responsabilidades), flamenco, diplomado, alegrías, tristezas, novedades. Todo esto en lo que va del año. Cambios buenos, cambios malos, pero a fin de cuentas, parece ser que todo giro es para mejor. Aunque no esté muy convencida, y aunque me cargue el horario de invierno...

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