domingo, febrero 25, 2007

Back to reality


Acá estoy, después de 3 semanas de vacaciones, comenzando a prepararme psicologicamente para la vuelta a la realidad... o al trabajo y clases mejor dicho.

Este año se viene más power creo, o al menos mas intenso en actividades, ya que vuelvo a estudiar. Creo que eso le dará un giro a lo que estoy haciendo laboralmente, y como algunos saben, sin metas no me muevo, y esta es la de este año; aprovechar el diplomado a concho.
En fin, esto es lo que viene, pero hablemos un poco de lo que pasó.

Luego de un intenso enero, para variar, todo a última hora, fueron finalmente las dos ultimas semanas el pick del proyecto del que estoy a cargo, por lo que mis vacaciones eran ansiadas con más ganas que nunca.


Partí el mismo viernes 3 de enero con destino a Carretera Austral. Un viaje con mi madre, de 1 semana, en un tour, muy de madre, etc etc etc.

Expectativas de ese viaje: conocer, conocer, y conocer. La verdad el viaje en sí no me entusiasmaba mucho, pero el destino me atraía, ya que no había tenido la oportunidad de ir. Debo reconocer que las expectativas fueron superadas con creces. El grupo del viaje resultó ser bastante heterogéneo, diverso y divertido la verdad. Una mezcla de los años dorados, el club juvenil, matrimonios diversos, algunos con más humor que otros, pero bien en general.

Yo que iba con ganas de descansar y pensando que de carrete la cuota seria igual a 0, me equivoqué con ganas. De carrete harto, de conocer mucho, de pasarlo bien: muy bien.


Bariloche fue de lujo, unos lugares muy bonitos, y para el carrete harto mejor. Incluso mucho mejor que la última vez que había estado allá. Esquel no se quedó atrás, y Chaitén, del que no teníamos muchas esperanzas de encontrar carrete alguno, finalmente superó las expectativas. Debo hacer mención especial a Parque Pumalín y al río Futaleufú, que deben ser los lugares mas lindos a mi gusto, de todo el viaje.

Finalmente, llegué a Panguipulli, despidiéndome de todos a quienes había conocido en aquel viaje y dejando a mis nuevos amigos con destino a Santiago.

De Panguipulli a Pucón al día siguiente, y de ahí a descansar. Fueron los días de relajo de las vacaciones. Playa, arena (o piedras en realidad), sol, mucho calor, lluvia, viento, truenos relámpagos y centellas. Un mix climático bastante interesante.

Vuelta a Santiago, a lavar ropa, y a Buenos Aires los pasajes.


De Bs As que decir... una ciudad demasiado linda, antigua, un poco sucia, pero donde se preocupan de mantener y restaurar los edificios y construcciones antiguas. Predomina lo colonial o señorial en realidad. Mucho fileteado porteño en algunos barrios como La Boca, y su Caminito. La verdad me encantó. Harto diseño, y del bueno, amé la Papelera Palermo, y el MALBA. Design puro y neto.

Mar del Plata no fue lo que esperabamos, mucha gente, turbas de personas en destino a las playas, con silla y termo en mano. Optamos por alejarnos de la urbe, y recorrer las playas de la zona.

De carrete, menos que el esperado. Harto menos. No hubo destrucción ni nada por el estilo, solo unos cuantos bares, buenas cervezas, y salvo por el error de repetir mis experiencias con la piña colada (
:-( se que no debo beberla nunca más), todo fue estupendo.

De balance de los dos viajes... no podría inclinarme por ninguno... Bs As me lo debía desde hace tiempo... las ganas de estar en esa ciudad y con calma eran muchas, y bueno ya es tarea cumplida. Carretera Austral, increible... superó las expectativas con creces, en todos los sentidos...

Balance final de vacaciones: 7... bueno no se si 7, pero cerca anda...

Ahora a la realidad... mañana vuelvo a la pega, y espero no encontrarme con nada inesperado. Ahora a terminar los proyectos pendientes... y a retomar las clases, pero eso no será hasta la próxima semana.. si no el aterrizaje ahí si que sería como tirarse en paracaídas o no???