miércoles, julio 19, 2006

Entregada a la causa

He tratado que el tema de la beca no sea tema estos días, pero es un poco difícil debo decirlo. Todos preguntan si me voy o no, si la beca salió, y yo como santa gila, contestando.. no, aún no se nada, con la mejor de mis caras.

Probablemente este sea el último post antes de saber el resultado de la bendita beca. Han sido meses de larga espera. Que me voy, que no me voy, que me vuelvo a ir, que mejor no. Ahora estoy entregada a la causa. He hecho todo lo que ha estado en mis manos, para que esto resulte, y como todo en mi vida, me las he tenido que ver sola, sin pitutos de nadie ni contactos de por medio.

Si el destino quiere que vaya iré, si no, esperaré un año más a ver que sucede con los créditos y ese cuento. Quizás esto puede sonar muy distinto a lo último que había escrito sobre el viaje, pero tuve un par de conversaciones que me hicieron ver con más claridad mi situación y ver que era lo que yo quería para mi vida.

En fin, el destino se encargará de determinar si es que debo ir, o debo quedarme acá a ver que me depara el destino en mi tierra.

He deseado estos días que aparezca una especie de mecenas, que me apañe en mi proyecto, pero la realidad es distinta, no estamos en el siglo XVIII, y la autogestión nos lleva a que yo debo ser mi propia mecenas. Paradójica situación, pero bastante aterrizada a nuestra realidad actual.

Creo que producto de este stress interno, he estado poco comunicativa con el resto. Mis amigas hasta han llegado a tildarme de corrida, ausente, desaparecida. Nunca pensé que yo iba a ser la que andaba escapando del mundo, del carrete, de la vida social, pero parece que la neurosis de no saber que sucederá me ha tenido así, muy low profile.

He andado con muy pocas ganas de carretear, y si lo he hecho, ha sido absolutamente medido, tomando muy poco, solo para socializar. Incluso me encontré con mi ex y su novia en un cumpleaños, y creo que ha sido la primera vez desde que ellos están juntos (o desde que terminamos), en que la situación me la tomo tan relajadamente sin la necesidad de tomarme unos cuantos copetes para calmar los ánimos. Bueno, es natural pensarán muchos, pero para mi no lo era, al menos hasta el año pasado. Es más, hasta charlé con su novia. Está claro que no volveremos a ser las grandes amigas, pero al menos
ahora podemos llevar una relación cordial.

El tiempo cura cualquier herida, claro está. A mi me costó, quizás más por la forma que por el fondo, pero ahora veo que al menos valió la pena, y que las cosas muy, pero muy lentamente volvieron a su curso, al menos para mi.

Y es por esto (entre otras muchas cosas que ya he contado a cabalidad en posts anteriores) que creo que estoy lista para irme. No me iría escapando de algo, las heridas ya están sanadas, he cumplido etapas acá, y me gustaría comenzar un nuevo proyecto con todo lo que pueda absorver de la experiencia de vivir y estudiar afuera.

En fin, estos son solo mis pensamientos, a horas de saber esa anhelada respuesta.
Espero que mi proximo post sea de alegría... y bueno, si no lo es, para la próxima será.