martes, noviembre 07, 2006

The big fat jewish wedding

Si bien no me considero una ferviente católica, de misa ni nada por el estilo, hasta 2º medio nunca cuestioné mucho el tema de la religión. Osea uno no la elige cuando nace, simplemente está o no está. Y en mi caso estaba. Me bautizaron, tuve que hacer la 1º comunión, estaba en colegio católico de monjas, y cuando se me presentó la opción de hacer la Confirmación, no me lo cuestioné mucho. Simplemente la hice. No me arrepiento, pero claramente la decisión no la tomé evaluando lo que realmente pensaba o sentía, sino que simplemente lo hice porque había que hacerlo. Y bueno ya está.

Mi papá no es católico, pero está bautizado e hizo la 1º comunión 2 veces (la 1º vez se paró frente al cura y simplemente comulgó, desatando la histeria de mi bisabuela, por supuesto). Hoy en día es budista. Llegó a compartir con esta religión luego de largos procesos de meditación. Nunca he meditado con mi papá, pero si lo acompañé a ver al Dalai Lama.

Mi mamá es católica, pero tampoco de misa. Solo va a misa para funerales, matrimonios, y para el aniversario de la muerte de mi abuela. Hoy en día no me impone nada, sólo me pide que vaya a la misa anual que manda a hacer para mi abuela. Yo lo acepto.

Cuando entré a la Universidad, mi papá aún no era budista, y mi mamá mucho más católica (practicante) que hoy. Por ende mi formación había sido absolutamente basada en el catolicismo y todo lo que conlleva. Como dije, hasta 2º medio no me cuestioné nada, pero fue en la preparación a la Confirmación (de mi fe) que comencé a cuestionarme todo. Más que a Dios y su existencia, a la Iglesia como una institución castradora de la libertad del hombre y de la naturaleza de este. Comencé a encontrar absurdos términos como castidad, virginidad hasta el matrimonio, y por sobre todo el tema del clero. ¿Porqué debía contarle a un hombre con sotana mis pecados? ¿Porqué él debía otorgarme una penitencia? ¿Quién era él, de tan intachable conducta, para juzgarme por mis actos, e interpretar a su libre albedrío lo que Dios estimaba como su castigo para mi?

Una vez fuera del colegio, me alejé de la fé, de la religión, de todo. No soy católica decía. Me obligaron a hacer todo eso. Eso hasta 2º año, cuando conocí a mi amiga Jocy, quien es judía por padre y madre. Yo nunca había conocido a alguien de otra religión. Si a muchos que decían que no eran nada, pero a nadie que realmente profesara otra religión.

Jocy no comía carne en mi casa, no tomaba leche después de almorzar los domingos, no comía mariscos, y los sábados no podía trabajar para la U. Excepcionalmente lo hacía, pero en su casa. Así, nos hicimos grandes amigas, y mientras Jocy nos contaba acerca del judaísmo, nosotras le contabamos del catolicismo. Claramente ella estaba mucho más instruída en el judaísmo que lo que nosotras estabamos en el catolicismo, y eso se notaba en la pasión con la que hablaba de su fé. Así Jocy comenzó a estudiar, más y más, y cada vez se multiplicaban las restricciones de comportamiento y/o alimentación que ella adquiría en relación al judaísmo. Nosotras no entendíamos mucho, pero nos fuimos adaptando a su nueva forma de vida, a sus viajes a Israel cada vez más a menudo, y a sus tiempos.

Ser ortodoxo en una religión requiere de mucho tiempo, y muchos sacrificios. Realmente es loable, ya que no creo que pueda llegar algún día a tener el mismo nivel de compromiso.

Así pasó el tiempo, y nuestra amiga comenzó a cambiar su modo de vida cada vez más. Ya no era tan simple salir a comer con ella, ni invitarla a una casa. Su look también cambió, y sacó de su clóset todo tipo de pantalones y poleras sin manga que existieran, reemplazandolos por faldas, y blusas recatadas. Sus relaciones amorosas también cambiaron, y tras muchos vuelcos, quedamos muy sorprendidas, cuando en Junio de este año, estándo en Israel, nos contó que se casaba, con un Mexicano, Eli, que había conocido allá (Isarel).

De noviazgo, poco, 4 meses. El 1 de noviembre (Día sagrado para el catolicismo), ella contrajo matrimonio con este mexicano del que poco conocemos, pero que esperamos la ame mucho. Y bueno, mi amiga ya no está, emprendió un viaje sin término rumbo a su amada Israel, donde a pesar de todos los conflictos existentes espero que encuentre la felicidad que tanto anhela.