martes, octubre 07, 2008

¿Cómo espantar a un hombre en 1 cita?

Es extraño pensarán algunos, quizás nadie lo bastante cuerdo quiera espantar a su prospecto de "pinche" en la 1º cita... mas en mi caso fue extremadamente necesario... a pesar de no obtener los resultados esperados después de arriesgada operación. Bueno, un poco de contexto... despedida de un personaje X, donde se encontraban algunos personajes conocidos, otros no tanto, y cierto niño con gusto a leche reciéntemente conocido.

De este modo, me encontraba yo, en un ambiente bastante expuesto, en estado de vulverabilidad con la armadura en el piso aún luego de los últimos embates sucedidos, donde las heridas espirituales de Ex Pinche aún no sanaban.

Y que mejor para sanarlas que un affaire nocturno no??? Si dominio en el tema de amores de barra es algo que tengo... historias múltiples y diversas de aquella índole... ¿¿¿porqué esta vez iba a ser diferente??? Póngale no más... pensé y mal... muy mal pensado... osea no pensado. Ese fue el problema. El niño con gusto a lechecita que se veía amorosín y perfecto para mis intereses... resultó ser la pesadilla de mi último mes. Y lo que yo pensaba, era un affaire nocturno fue interpretado por él como el inicio de una hermosa relación primaveral. BAD

Resultó que el personaje se encontraba "encantado" conmigo desde hacía un par de meses... es más, desde que nos conocimos... y bueno, yo a causa del alcohol consumido no hallé nada mejor que encontrar de lo más "encantador" todas estas declaraciones...
Mucho encanto, mucho alcohol, mucho carrete destructor.

Al día siguiente, por supuesto a mi cabeza vino todo lo sucedido, y al arrepentimiento contiguo. No sabía que hacer... si hasta una invitación al cine dominical había aceptado entre tanto Absolut Pear... Finalmente un partido de fútbol me salvó de tener que aceptar dicha invitación cinéfila, pero solo la salvación sería hasta el día lunes, cuando volví a encontrármelo.

De mal, en peor... los mails, mensajitos x msn, caritas felices, flores y corazones comenzaron a abundar en mi pantalla ese día... mientras yo lo unico que quería era que llegara la hora para salir corriendo del computador. Quedamos en salir al día siguiente... no para una cita romántica precisamente... Yo necesitaba aclararle la película.

Finalmente salimos, lo llevé a plaza Ñuñoa a tomar un café un martes por la noche... con lo que él quedó un tanto desconcertado, frente a panorama tan adulto. Y mientras él trataba de darme la mano o abrazarme o darme un beso, yo resbalosamente encontraba la manera de escapar de la situación. Hasta que le dije... q no sabia, q todo era muy complejo, que la edad que yo llevaba mucho tiempo soltera y blablabla....

Cuento corto... la cita duró unos 40 minutos... me fue a dejar a mi casa... y hasta luego. Una seguidilla de acontecimientos siguieron durante esa semana: llamadas y mensajes por su lado, cortes de teléfono e indiferencia por el mío.

Mi salvación radicaba en las vacaciones dieciocheras que se aproximaban y en lo lejos y aislada de todo medio tecnológico de contacto que iba a estar. Mas no pude esperar a volver de mi retiro para finalizar la situación. El día que me iba al sur, finalmente él captó mis señales, y agachando el moño me dice q encontraba q yo tenía razón, que no nos conocíamos, que no lo quería pasar mal, y que se había sentido pésimo durante la semana anterior a causa de mi indiferencia y mala onda probablemente.

Yo callada... nada que decir le digo. Es verdad todo lo que dices. ¿Qué más podía decir en ese momento?

Si bien nunca me había tocado estar en esa situación, debo decir que fue desagrabale... el sentir eso de No eres tú, soy yo. Después de la conversa me sentí aliviada, sintiendo que podía volver a ser yo... sintiendo que quizás podía comprender en algun sentido a tanto hombre que ha tenido la misma actitud conmigo o con otras féminas amigas.

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